La cotorra super cachonda

Los nombres para loros barranqueros, una pesadilla para la zona sur de Villarino Cada vez hay más ejemplares en zonas urbanas, y la convivencia se está tornando muy complicada. No sólo ensucian espacios públicos y provocan ruidos molestos, sino que cortan cables eléctricos y de internet. El ayuntamiento pidió contribuye a especialistas. Los loros barranqueros, una pesadilla para la región sur de VillarinoFotos: Pablo Presti-LNP y gentileza Ramón Álvarez. en breve pasaron de ser pintorescos visitantes a causantes de múltiples afecciones y problemas. y cada vez son más, alertan los vecinos de la zona sur de Villarino, por lo que ya consideran que la complicado convivencia con los loros barranqueros está llegando a una circunstancia crítica. Las localidades más perjudicadas son Hilario Ascasubi, Pedro Luro y mayor Buratovich, donde recalan miles de ejemplares. Desde hospitales y escuelas afirman que ya no tienen idea cómo contrarrestar el encontronazo negativo del bullicio que generan. En la plaza central de Ascasubi grandes cantidades de excremento salpican sitios por donde pasan a diario chicos y mayores, lo que no sólo conspira contra la higiene, sino además contra la estética del lugar. Lo mismo sucede en el acceso a Pedro Luro. El inconveniente más grave, sin embargo, son los frecuentes cortes de cables de energía eléctrica e internet ocasionados por grandes bandadas que se posan sobre el tendido, en la mayoría de los casos al atardecer. Esto deriva en interrupciones del servicio en horas de demanda pico y un gasto muy sustancial para las cooperativas que prestan los servicios. Sergio Daich, del área de Medio ambiente de la comuna, dijo a La Nueva. que hablamos de una “invasión” que está tornando difícil el normal desarrollo de la vida en red social. por esto representantes de la Agencia de Energías Renovables y ámbito del concejo (AERA) solicitaron la “urgente intervención” de la dirección de Fiscalización Agropecuaria, Alimentaria y de los recursos Naturales de la provincia de Buenos Aires. La idea es evaluar y poner en marcha un plan de acción eficaz para batallar este problema sin afectar a la especie, que en nuestro país no sólo no es considerada una plaga, sino que también está protegida (está clasificada como “amenazada” desde estudios que mostraron que su población se ha achicado relevantemente a nivel mundial en los últimos años). En la búsqueda de resoluciones viables y sustentables para lograr una convivencia armónica con la especie, el municipio consultará además a expertos e estudiosos del área de Biología, Bioquímica y Farmacia de la facultad Nacional del Sur (UNS), así como a profesionales del INTA. Daich reconoció que una de las localidades más perjudicadas es Hilario Ascasubi, donde la convivencia con la clase, en los parámetros actuales, es “inviable”. sin embargo, insistió en la necesidad de tomar medidas que no delegen en una matanza masiva de ejemplares. “No solo porque no es aceptable desde el punto de vista ético –aclaró-, sino porque no es una práctica autorizada”. Pérdidas por 3,5 millones de pesosFrancisco Pérez, gerente de las Cooperativa de Electricidad Limitada de Pedro Luro, ha dicho a La Nueva. que las fallas eléctricas en el sector urbana se producen, en su totalidad, por la presencia de loros. “La estadística del último año, por esta razón, es de 6 cortes por mes de 36 minutos, en promedio. No es algo esperable y nos deja fuera de los estándares de calidad del servicio que pretendemos”, dijo.Los cortes se dan generalmente entre las 8 de la mañana y las 18.30. “Al caer la tarde las aerolíneas de media tensión se llenan de loros. Se posan ahí para pasar la noche y al amanecer vuelan. Al volar la bandada, los cables se sacuden, se acercan entre sí, hacen una descarga y salta un interruptor que deja a todo el pueblo y la zona rural sin luz”, detalló. Francisco PérezIndicó que situaciones como esta le han ocasionado a la cooperativa pérdidas por 2 millones de pesos en la parte eléctrica y de 1,5 millones en el sector de telecomunicaciones (internet). “Hay una energía no vendida, que tiene un costo; hay que recomponer lo que rompen; y encima hay que sobredimensionar los sistemas eléctricos y de telecomunicaciones para que soporten la existencia de los loros”, enumeró. Pérez afirma que no habría cortes de energía en la localidad de Pedro Luro si no fuera por la presencia de los loros. señaló también que desde la cooperativa han realizado “infinitas acciones” para ahuyentarlos, pero nada sirvió. “Probamos medios lumínicos, con reflectores; medios sonoros, con bocinas y bombas de estruendo. Hasta pusimos globos colgados de las líneas… pero no sirvió”, contó. “Fuimos a lo largo de 10 días con una camioneta azul a espantarlos con una bomba de estruendo, y logramos que los loros comenzaron a irse ni bien veían arrimarse la camioneta, todavía antes de la explosión. por otro lado, cuando el vehículo pasaba, volvían a posarse en los cables”, dijo. La entidad inclusive llegó a contactar a la asociación de Cetretría de Argentina, pero les comunicaron que, si bien se usan halcones para espantar aves en aeropuertos o zonas de cultivo, no se usan en líneas eléctricas. Los cables del tendido eléctrico de Pedro Luro, destrozados por las garras de los loros.Por todo lo mencionado, en las zonas más críticas, como en el acceso a la localidad, la cooperativa llevó a cabo una inversión millonaria para dar una satisfacción definitiva al problema. “Hay dos aerolíneas que distribuyen un poste. En condiciones normales funcionan juntas. Hoy, una de ellas debe ir subterránea. Eso tiene un costo 4 ocasiones superior que la línea aérea”, contó. “Ahora… ¿quién se hará cargo de soterrar el resto de las líneas eléctricas? ¡Es una locura! Lo vamos a hacer en la región más crítica, pero no es algo que tengamos la posibilidad llevar a cabo de forma masiva. No poseemos los fondos ni la capacidad para hacerlo”, indicó. Pérez dijo que un kilómetro de línea subterránea cuesta 1,5 millones de pesos, mientras que la entidad administra 800 kilómetros de líneas rurales y 40 de líneas urbanas. en relación a la línea de fibra óptica, el directivo mencionó que en condiciones normales cable de acometida a utilizar cuesta 20 centavos de dólar. no obstante, por la existencia de los loros, la entidad debe usar uno más resistente, cuyo valor es de 50 centavos. “En 48 mil metros de cable, como poseemos, el sobrecosto de operación es mucho”, dijo. “Ni comentar del malestar de la multitud que se conecta a internet y se corta. Es muy gravoso para la prestación del servicio público. Y hablo generalmente, porque desde Viedma hasta Coronel Pringles tienen la misma problemática”, dijo. por otro lado subrayó que la Cooperativa debe lidiar a diario con el malestar de la gente porque en el pueblo la atención es personalizada. “La mayoría lo entiende, pero se torna cansador. Ni comentar de los artefactos que se queman. Es todo muy problemático”, dijo. “Hay que propiciar que se vayan a otro lugar”Sergio Zalba, investigador de Conicet y docente de Biología, Bioquímica y Farmacia de la UNS, admitió que en áreas urbanas y suburbanas de Villarino se dió una concentración muy grande de loros barranqueros en los últimos años, pero aclaró que la solución al inconveniente no debe plantearse desde el criterio de la abundancia –que no es tal-, sino desde la organización. “La percepción es que hay más loros, pero la verdad es que cada vez hay menos individuos. Lo que sucede es que están más concentrados en ciertas zonas que algunas veces coinciden con sitios en los que existen gente, como la situacion de Hilario Ascasubi”, aclaró. Zalba recordó que, según la última categorización de aves del ministerio de ambiente de la Nación, la clase está en la categoría “amenazada”. “Lo que está pasando en Ascasubi es que eligieron el pueblo para reposar ahí, debido a que ellos usan dormideros comunitarios. Por eso el problema no es cuántos son, sino donde se encuentran. serenamente podrían seleccionar otro lugar, y se podrían tomar medidas para propiciarlo”, ha dicho. Zalba se encuentra dentro de los estudiosos contactados por las autoridades comunales de Villarino para investigar el inconveniente, aunque aún no se produjo una reunión.El investigador aseguró que estas aves debieron cambiar sus hábitos, movimientos y alimentación, mayormente, por la acción del hombre sobre la naturaleza. El desmonte –señaló, a modo de ejemplo- ocasionó la pérdida de ambientes naturales y bosques que utilizaba la especie. “Los loros barranqueros viven en un ambiente dinámico y entonces, se ajustan como pueden a los cambios que hacemos en el ambiente. Por eso aprovechan los recursos nuevos, como las plantaciones de árboles y los cables de tendido eléctrico”, aseguró. por otro lado, aseguró que los predadores naturales del loro además cada vez son menos, gracias a los mismos procesos de pérdida de ámbito. Otro de los componentes de la llegada masiva de la clase al sur de Villarino es estacional, debido a que el loro barranquero tiene accionar migratorio. En la estación reproductiva -primavera y verano- necesita estar asociado a las áreas de anidación que están en las barrancas de los ríos y en la costa atlántica (por ejemplo, en el balneario El Cóndor, donde está la colonia de loros más grande del planeta). En cambio, en invierno tienen más libertad de movimiento y se desplazan en función de los elementos alimenticios disponibles. Medidas a tomar. “El inconveniente puntual de Villarino debe encararse pensando en soluciones locales que actúen sobre los conflictos detectados –sostuvo Zalba-. las dos líneas más eficaces son: modificar el ambiente para llevarlo a cabo menos correspondiente para la especie y tratar de influir sobre el accionar, a fin de que los loros no utilicen las áreas de conflicto como hospitales, plazas o escuelas”. Una alternativa –dijo- es modificar los tendidos eléctricos. “Se hicieron tendidos eléctricos subterráneos o se tienen presente otros materiales y hasta la distancia entre los postes”, dijo. Otra técnica radica en modificar el accionar del animal para evitar que esté en los sitios donde genera conflicto. “Hay empresas que tienen aves de presa, como halcones entrenados, y los hacen volar en los sitios donde hay conflicto para que los loros aprendan que no es un espacio seguro”, dijo. Sergio ZalbaTambién se los puede ahuyentar con bombas de estruendo o técnicas con láser. La idea –enfatizó- siempre es resolver el problema trasladando a los loros a un lugar donde su presencia no tenga encontronazo negativo. en cuanto a las técnicas de control directo -es decir, matar a los ejemplares-, enfatizó que no sólo no es una práctica legal, sino que es muy poco eficiente. “Si uno actuara de forma directa, lo único que lograría es añadir un problema más para la conservación de la especie”, dejó en claro. “La acción directa no es ética, legal ni conveniente. Es cara y poco efectiva en control de vertebrados. Aquí lo que hay que propiciar es que se vayan a otro lado”, añadió. con respecto al peligro de la población de contagiarse una patología de una especie silvestre, señaló que existe, pero es muy bajo. “Todos los animales, tanto los silvestres como los domésticos, tienen la posibilidad de comunicar anomalías de la salud. sin embargo, los poquísimos casos que se dan suceden con personas que conviven con ellos, tiene jaulas en su casa, están en contacto directo. Es muy poco frecuente”, indicó.